AL AIRE
Este 23 de marzo se conmemoran 31 años del asesinato de Luis Donaldo Colosio Murrieta, quien fuera candidato presidencial del PRI en 1994. Su muerte, ocurrida durante un mitin en Lomas Taurinas, Tijuana, marcó profundamente la historia política del país y sigue siendo un símbolo de esperanza y cambio para muchos mexicanos.
Colosio, originario de Magdalena de Kino, Sonora, era conocido por su visión renovadora y su conexión con las necesidades de la población. Su famosa frase «Veo un México con hambre y sed de justicia», pronunciada en un discurso el 6 de marzo de 1994, se convirtió en un emblema de su compromiso con los sectores más vulnerables.
El atentado que acabó con su vida ocurrió en un contexto de gran tensión política y social. Mientras saludaba a simpatizantes en un evento de campaña, un disparo terminó con su vida, dejando al país en estado de shock. Aunque las investigaciones oficiales señalaron a Mario Aburto Martínez como el autor material del crimen, persisten dudas y teorías sobre lo ocurrido, alimentando el misterio y la controversia.
El legado de Colosio ha trascendido generaciones, y su figura continúa siendo motivo de reflexión sobre el rumbo político de México. En su honor, calles, plazas y monumentos llevan su nombre, recordando los desafíos que enfrenta la democracia en el país. Hoy, México recuerda a Colosio no solo como un político, sino como un hombre que soñó con un país más justo y equitativo.
