AL AIRE
Con información de Debate
El secretario de Economía, Marcelo Ebrard Casaubon, ofreció este viernes un análisis detallado del proceso diplomático y técnico que permitió evitar nuevos aranceles a las autopartes mexicanas en su ingreso a Estados Unidos, lo que, de haberse concretado, habría puesto en riesgo miles de empleos y la competitividad de la industria automotriz de América del Norte.
Durante la Mañanera del Pueblo, Ebrard subrayó que la clave de la negociación fue identificar intereses comunes entre México y Estados Unidos, más allá de posturas rígidas. “Cuando entiendes qué quiere la contraparte y cómo tus intereses se cruzan con los suyos, puedes proteger cadenas productivas enteras”, afirmó.
El secretario explicó que la industria automotriz funciona como un ecosistema binacional integrado, en el que una sola pieza, como un pistón o una bolsa de aire, puede cruzar la frontera hasta siete veces antes de ser ensamblada en un vehículo final.
Señaló que cada pieza de un coche representa el trabajo acumulado de cientos de empresas a lo largo de ambos lados de la frontera y un impuesto del 25 por ciento a autopartes, sumado a otros aranceles como los del acero o el vehículo final, habría sido letal para miles de proveedores.
Con base en estos argumentos técnicos, el equipo económico mexicano logró que el gobierno estadounidense reconociera los riesgos de imponer nuevos aranceles y optara por proteger el flujo de autopartes mexicanas bajo los términos del T-MEC.
Relación bilateral más sólida
El secretario destacó que la relación con el secretario de Comercio de Estados Unidos evolucionó de tensiones iniciales a una colaboración fluida basada en “confianza y respeto mutuo”. Además, reconoció el papel de las gestiones de la presidenta Sheinbaum, quien ha hablado directamente con el presidente Donald Trump para garantizar la continuidad de este acuerdo vital.
Ebrard señaló que gracias a este entendimiento y a la estrategia de integración económica, México se perfila como el país con mejores condiciones relativas para el comercio automotriz, incluso frente a potencias como China o Alemania.
Con más de 35 años de colaboración en el sector, y un tratado comercial (T-MEC) que exige elevar el contenido regional en los vehículos, México ha logrado insertarse como proveedor indispensable dentro de la cadena de valor norteamericana.
Como prueba del éxito diplomático, Ebrard reveló que el 1 de mayo se emitieron nuevas instrucciones a las aduanas estadounidenses, ratificando que las autopartes mexicanas mantendrán su trato preferencial y no serán objeto de aranceles adicionales.
Este avance, explicó, fue el resultado de un trabajo coordinado entre la Secretaría de Economía, la Cancillería, Hacienda, y otras agencias que interactúan con el Tesoro estadounidense.
