Historia y origen
Hoy en día, hablar de mezcal no sólo es hablar del destilado tradicional de México. Es también hablar de una cultura nacida en los Valles Centrales de Oaxaca, y del papel trascendental de esa entidad en el desarrollo de la industria mezcalera.
Santiago Matatlán, Tlacolula es el nombre de un municipio de raíz zapoteca, en el que históricamente se cultivan los fascinantes agaves Angustifolia Haw, mejor conocidos como “Espadín” –además de otras especies silvestres de maguey.
Fue ahí, en el seno de una familia de tradición mezcalera, donde nació el agricultor y comerciante José López Escobar, quien con el apoyo de su esposa, Sixta Mateo, aplicó el conocimiento adquirido en casa de sus padres para crear en 1940 un mezcal que conservara el sabor ancestral de Oaxaca y el tono de los atardeceres en Matatlán.
Experto en la elaboración artesanal del mezcal, al cabo de una década se convirtió en el mayor agricultor de maguey en Matatlán, y como auténtico maestro mezcalero pudo elevar la calidad de su producto, al que llamó “el oro de nuestra tierra”.
Don José y la señora Sixta tuvieron 12 hijos, el mayor de los cuales nació en 1951 y fue bautizado con el nombre de su padre. Educado en una cultura de comercio y trabajo, el joven José López Mateo aprendió el oficio de producir mezcal artesanal; cuando su padre falleció, tuvo que ayudar a su mamá en el negocio familiar, y al morir ella poco después, quedó como responsable de todos sus hermanos.
A la edad de 21 años José comenzó a trabajar cotidianamente en los campos y el palenque, donde pudo desarrollar una fórmula propia de mezcal que revolucionó su comercialización en Matatlán y otros municipios, así como en las ciudades de Oaxaca, Puebla y Veracruz. Para 1973 vendía a granel 40,000 litros, cada semana.
El negocio continuó, pero producir tanto mezcal para vender a granel era una labor muy pesada. Se consumía sobre todo en comunidades rurales, aunque José deseaba que fuera conocido y respetado por su calidad en todas las mesas. Así, 10 años después decidió registrar una marca para embotellar y comercializar su mezcal.
En 1985 nació la marca Mezcal Oro de Oaxaca, y el mismo año la empresa lanzó su producto insignia: el “Mezcal Oro de Oaxaca Joven con Gusano”, con el distintivo original de llevar un gusano de maguey dentro de cada botella.
El conocimiento del maestro José López Escobar, más la experiencia de su heredero José López Mateo, dieron vida a un destilado artesanal que refleja el saber milenario zapoteco de Oaxaca, así como el dorado del atardecer en sus Valles Centrales.
Características únicas
Mezcal es una palabra que deriva del vocablo náhuatl ‘mexcalli’, cuyo significado es ‘maguey cocido’ –‘ixcalli’ es ‘cocer’, y ‘metl’ significa ‘maguey, agave’.
El mezcal es el destilado mexicano por excelencia, el más tradicional, que ha existido en Oaxaca y otras zonas de México desde siglos antes de la Conquista, y muchísimo antes de que la palabra “tequila” surgiera como marca o denominación de origen.
Mezcal Oro de Oaxaca es único en el mercado de los destilados de maguey por tres razones principales. En primer lugar, porque se elabora de forma manual, artesanal, siguiendo los seis pasos que exige la tradición en todo el proceso: desde una cuidada selección y jima de agaves maduros, luego su cocción, después la molienda y posterior fermentación, y finalmente los procesos de destilación y embotellado.
En segundo lugar, porque en una época donde la mercadotecnia permite que surjan diferentes marcas de mezcal que se ostentan como “tradicionales” sin realmente serlo, el Mezcal Oro de Oaxaca pertenece a una familia mezcalera de al menos cuatro generaciones, con los conocimientos originales para su correcta elaboración.
La tercera razón que lo distingue entre los destilados de agave es que, además de ser un producto ciento por ciento artesanal, el Mezcal Oro de Oaxaca es una bebida premiada internacionalmente por su alta calidad.
La Jornada