AL AIRE
La controversia en torno a los corridos y sus variantes, especialmente aquellos que glorifican al crimen organizado, ha cobrado fuerza en México.
La discusión ha derivado en vetos, sanciones y cambios a las leyes a nivel local, en lo que se replantea el papel de la música popular en la construcción de valores sociales.
El caso que detonó la bomba
El 29 de marzo, durante un concierto en Zapopan, Los Alegres del Barranco proyectaron imágenes de “El Mencho”, líder del Cártel Jalisco Nueva Generación. Las reacciones y consecuencias fueron casi inmediatas: el gobierno de Estados Unidos revocó las visas de los integrantes de la banda y la Fiscalía de Jalisco abrió una investigación por apología del delito.
Incluso el subsecretario de Estado, Christopher Landau, respaldó la sanción subrayando que la libertad de expresión no debe estar libre de consecuencias.
Desde el gobierno y las instituciones
El 7 de abril, la presidenta Claudia Sheinbaum, sin apostar por la censura estricta al considerarla un absurdo, anunció el concurso “México Canta”, una convocatoria para jóvenes artistas que busca impulsar y generar productos musicales alejados de los contenidos vigentes, como la apología al delito o la cosificación sexual.
También, legisladores de Aguascalientes, Jalisco, Michoacán, Estado de México y Ciudad de México han planteado leyes para restringir este tipo de contenidos en eventos financiados con recursos públicos. En Michoacán, por ejemplo, el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla firmó un decreto que prohíbe expresamente la apología del delito en espectáculos.
Desde el escenario de los conciertos
El 11 de abril, Luis R. Conriquez fue abucheado en Texcoco tras anunciar que no interpretaría corridos bélicos. El público lanzó objetos al escenario y el concierto fue suspendido. Días después, las autoridades cancelaron su presentación en Metepec.
Por su parte, Grupo Firme evitó interpretar corridos durante su actuación en la Feria de San Marcos, acatando la ley vigente en Aguascalientes.
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La postura en Sonora: veto en la ExpoGan
Las autoridades han comenzado a debatir el tema. El secretario de Gobierno, Adolfo Salazar, indicó que no se están a favor de que se prohíban los narcocorridos, pero tampoco promoverlos, optando por campañas de concientización ciudadana.
Mientras tanto, el alcalde de Hermosillo, Antonio Astiazarán, impulsa un análisis jurídico para restringir estas canciones en la capital del estado.
Debate abierto y vigente
Pese a las medidas, la presidenta Sheinbaum ha reiterado que su gobierno no busca prohibir géneros musicales, sino fomentar contenidos que fortalezcan el tejido social, corrompido y descompuesto por factores que, a veces, los mismos corridos abordan: la desigualdad socioeconómica, la corrupción institucional y la violencia. La tensión entre libertad artística y de expresión y la responsabilidad social continúa, mientras México redefine los alcances y límites de su cultura popular.
