Salina Cruz, Oax. Cincuenta tolvas cargadas con maíz sinaloense salieron la tarde del viernes de este puerto con destino a Coatzacoalcos. Al final de 308 kilómetros de recorrido en ferrocarril, el grano –que inició su travesía en Topolobampo– regresaría algunos pasos a Jáltipan para ser procesado y, eventualmente, una parte volver a embarcarse en forma de harina y productos finales hacia otros países.
Descargar, mover, procesar y volver a cargar es una suerte de ciclo que resume el proyecto del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec (CIIT). Más allá del mero cruce de mercancías, a manera de lo que sucede en el Canal de Panamá, se busca crear una franja industrial que en un punto reciba materia prima y que a su paso por el estrecho continental se transforme en otro producto con mayor valor agregado.
La idea de establecer en el Istmo de Tehuantepec un desarrollo industrial para producir bienes intermedios y finales se arrastra desde el sexenio pasado bajo las llamadas Zonas Económicas Especiales (ZEE), que serían concesionadas a privados. El proyecto se retomó durante esta administración, bajo la tutela de la Marina, secretaría a la que también se entregó la administración y operación de los puertos y del Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec (FIT).
Pensar en el CIIT como una competencia al Canal de Panamá resulta reduccionista, explican funcionarios durante un recorrido por algunas obras que lo componen. Su objetivo no se ciñe a ser un paso de mercancías desde Asia hacia la costa este de Estados Unidos, sino de ubicar, a lo largo de una franja de más de 3 mil hectáreas entre el Pacífico y el Atlántico, complejos industriales que también generen empleo formal en la región.
Como un cubo soma, el CIIT se integra por una serie de empresas y organismos de diferente tamaño y especialización. Una parte es el FIT, mil 96 kilómetros (km) de vías férreas para el traslado de carga y personas; otra los Polos de Desarrollo para el Bienestar (Podebis), 12 territorios con servicios básicos e incentivos fiscales para atraer inversión; y, por último, cuatro puertos –Salina Cruz, Puerto Chiapas, Dos Bocas y Coatzacoalcos– que sirvan como puerta de entrada y salida para el comercio exterior.
El FIT es un sistema que dará servicios de pasajeros y carga mediante tres líneas de ferrocarril: la Z, que va de Coatzacoalcos a Salina Cruz (308 km); la FA, que va de Coatzacoalcos a Palenque (329 km); y la K, de Ixtepec a Ciudad Hidalgo (459 km). Es el esqueleto de una zona conformada por los 12 Podebis a desarrollarse en región, en los que se pretende ubicar industrias eléctricas y electrónicas; semiconductores; vehículos eléctricos; autopartes y equipos de transporte; dispositivos médicos; farmacéuticas, agroindustrias; metales y petroquímicas; entre otras.
Pero así como la rehabilitación del ferrocarril –que de acuerdo con funcionarios de la Secretaría de Marina ya está llevando carga sobre la línea Z en las tardes y noches, para no empatar con el servicio de pasajeros– se requiere la ampliación y restauración de los puertos, para que puedan recibir buques de calado similar a los que transitan el Canal de Panamá.
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