El alcalde de Nueva York, Eric Adams, anunció que el albergue para migrantes en la isla de Randall se cerrará el 28 de febrero debido a una disminución en la llegada de migrantes a la ciudad, gracias a políticas públicas efectivas. En los últimos dos años, la ciudad ha recibido más de 218,000 migrantes.
Adams atribuye esta reducción al reclamo de su administración por órdenes ejecutivas federales que faciliten expulsiones en la frontera, así como a medidas como acortar la estadía en refugios y ofrecer pasajes a quienes deseen continuar hacia otros destinos. Como resultado, el número de solicitantes de asilo ha bajado durante 14 semanas consecutivas, alcanzando su nivel más bajo en más de un año, lo que ha permitido un ahorro de 2 mil millones de dólares.
El alcalde también criticó a la administración del presidente Biden por no proporcionar el financiamiento necesario para enfrentar esta crisis, que ha llevado a la ciudad a ofrecer alojamiento, comida, educación y asistencia legal a los migrantes. Adams pidió una aceleración en la entrega de permisos de trabajo para aquellos que han llegado a EE.UU. y están esperando la resolución de sus solicitudes de asilo.
La ciudad ha comenzado a desmontar la carpa principal del albergue, que tenía 750 catres, y planea restaurar las áreas deportivas afectadas. Hasta la fecha, el Centro de Ayuda para Solicitudes de Asilo ha completado más de 72,000 solicitudes de permisos de trabajo y ha proporcionado 47,000 billetes para facilitar el traslado de migrantes a sus destinos preferidos, contribuyendo así a reducir los costos para los contribuyentes.