Tener un negocio llega a consumir más tiempo que el de una jornada laboral y esto llega a repercutir en la vida personal.
Al iniciar un negocio no solo se requiere inversión, sino también tiempo, pero en ocasiones los emprendedores no comprenden que este último es un recurso valioso que no se puede recuperar.
Asimismo, cuando el negocio consume más tiempo del que debería, surgen problemas relacionados con la salud mental, cuidado personal y hasta el distanciamiento de relaciones sociales como la familia y amigos.
Asimismo, el especialista expresa que esta es una situación frecuente en aquellas personas que ocupan cargos de alta dirección o emprendedores, y suelen ponerse al final de la lista de prioridades.
Señales de desequilibrio entre la vida y el negocio
La razón por la que un emprendedor le da prioridad a su trabajo es porque abarca tanto la parte administrativa como operativa y en algunos casos, prefieren hacer todo porque no confían en los demás, relata Andrea López, coach personal y ejecutivo.
Como consecuencia, se presenta el agotamiento, pocas horas de sueño por terminar ciertas tareas y el desequilibrio en los horarios.
Mentalmente si hay cansancio y sobre todo cuando hay un ritmo, porque emocionalmente hay días muy oscuros cuando hay negativas”, dice Andrea López.
A pesar de que esta situación consume mucha energía, la mayoría de los dueños de negocios cometen este error porque “se meten a la operación y en ese momento estás comprando un empleo y no un negocio, porque la operación es lo más absorbente que hay”, argumenta Alois Larc.