Periodismo cultural

23 de junio de 2025

Por Carlos Sánchez

La mejor vía para la formación de sociedades es a través del arte. Los tiempos marcan épocas, quienes las habitamos adquirimos y/o somos parte de esas experiencias de vida. La memoria remite a un festival de rock que instauró la libertad de decidir. Eran los setenta, principios, y la raza hacía alarde con sus cuerpos y sus mentes. La represión jugó su parte y en periódicos, revistas, radiodifusoras, se dio cobertura a los acontecimientos en los que un puñado de jóvenes se manifestaban a través del canto, la colectividad que fue y es euforia a un ritmo vertiginoso por necesidad.

Al paso de los años el arte a las calles, una exposición de obra pictórica, una intervención de danza u obra de teatro, incluso en los vagones del metro, en las estaciones de autobús, ya en el norte, Hermosillo para ser puntuales, en las explanadas de parques y plazas durante festivales de aniversario por la ciudad, las mismas jornadas ya instauradas en las diversas disciplinas, un día la danza contemporánea, en otro momento la actuación o bien la lectura de obras literarias en medio de los dos palacios. El canto nuevo o bien el sonido de un sax que entona de súbito las notas al paso de transeúntes.

A estos acontecimientos lo acompaña el periodismo cultural. Secciones en los medios impresos, suplementos de antaño que dejaron huella: Voces del desierto, Perfiles, el suplemento de El Nacional que luego mutó a Cambio. Pero antes fue Bogavante en el periódico Información. La radio ha hecho y hace lo suyo, la televisión, ídem.

De un tiempo a la fecha las maneras de hacer periodismo han cambiado, ahora la sociedad con sus celulares en mano revela lo que los medios convencionales en gran medida no pueden cubrir. Las redes facilitan y abren espacios, la penetración asciende porque en gran medida todos estamos ahí, atentos a las pantallas.

El periodismo cultual ha tenido sus épocas gloriosas, como lo apuntaba en párrafos anteriores, con la existencia de suplemento culturales en medios impresos, y secciones especializadas en cultura. No obstante los tiempos, ahora la cobertura de eventos educativos-artísticos, se realizan desde otras trincheras; medios impresos, uno o dos, secciones en páginas web de las mismas instituciones que se encargan de gestionar y promover el arte, Universidad de Sonora, Instituto Sonorense de Cultura, Instituto Municipal de Cultura y Arte, y también desde páginas de medios como es la de Radio Sonora, Radio Universidad, Telemax; existe también la radio alternativa: Libera Radio, Política y Rock and Roll, El sol de Sonora y su suplemento cultural digital, entre otras. En noticiarios del cuadrante se ejercitan constantemente entrevistas coyunturales sobre obras literarias y/o eventos escénicos diversos. Existen también las compañías culturales como Andamios Teatro quienes marcan su propia agenda y noticias de sus acontecimientos, festivales y programación general.

Lo importante de la cultura en general, se difunde también, desde especialistas en la materia y no, en páginas de Facebook, X, Instagram, Whatsapp. De a cómo se puede, incluso de manos en mano y de boca en boca, pero por fortuna, la difusión es permanente. Hablo de lo local, porque en lo nacional hay medios que aún publican suplementos impresos, Laberinto de Milenio, por citar alguno.

En nuestra entidad hay también las plumas constantes, reseñistas y entrevistadores, una que otra crónica. El periodismo cultural late y se hace de a poco, aquí y allá. Existen más espacios de los que realmente conocemos, y desde cada uno con convicción se ejerce el periodismo cultural.

 

 

 

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