Madrid. Un primate endémico de Vietnam, el langur de Cat Ba, ha conservado rasgos genéticos claves que lo ayudan a sobrevivir en un entorno aislado, como la capacidad de beber agua salada.
Un estudio del Centro Alemán de Primates (DPZ, por sus siglas en alemán), el Instituto Leibniz de Investigación de Primates de Gotinga y el Zoológico de Leipzig muestra la notable capacidad de adaptación de esta especie, de la que sólo hay menos de cien individuos.
Debido a la drástica disminución de su población, la especie sufre empobrecimiento genético, alta endogamia y posible mayor susceptibilidad a las enfermedades. Sin embargo, el análisis de su información muestra que la diversidad genética se ha mantenido en áreas funcionalmente importantes. Esto permite a los langures de Cat Ba (Trachypithecus poliocephalus) seguir haciendo frente de forma adecuada a las condiciones ambientales que cambian.
Su capacidad de adaptación hace que estos animales sean únicos. El hecho de beber agua salada es un ejemplo sobresaliente, afirma Liye Zhang, genetista del DPZ y autor principal del estudio.
Esta característica extraordinaria es consecuencia directa de su aislamiento en la isla donde viven, en la que hay fuentes limitadas de agua dulce. Los investigadores demuestran que los cambios en ciertos genes probablemente han aumentado la tolerancia al líquido salado. Estas adaptaciones genéticas permiten a los langures hacer frente al alto contenido de sodio y contribuyen así a su supervivencia en ese entorno único.
Piden mayor protección
La investigación se publica en la revista Nature Communications.
El langur de Cat Ba, una de las especies de primates más raras del mundo, no sólo está en grave peligro de extinción, sino que también simboliza la notable capacidad de la naturaleza para adaptarse a condiciones difíciles.
Estos resultados ponen de relieve la urgencia de proteger mejor al espécimen y su hábitat, subraya en un comunicado Christian Roos, científico del DPZ y coautor de la publicación.
Aunque muchas poblaciones de mamíferos están disminuyendo en todo el mundo, los efectos genéticos de tales bajas a menudo permanecen sin explorar. El langur de Cat Ba es un modelo valioso para analizar las consecuencias de una disminución poblacional grave sobre la diversidad genética de una especie. Esta especie de langur llegó a contar con varios cientos de animales, pero en 2004 se redujo a la cifra alarmante de 40 individuos debido a caza furtiva y la pérdida de hábitat.
Desde entonces, la población se ha recuperado y ahora cuenta con unos 85 ejemplares. Sin embargo, sigue estando amenazada de extinción, en particular debido a la fragmentación del hábitat, las perturbaciones causadas por el turismo descontrolado y el aumento de la endogamia. Estas amenazas subrayan la necesidad de ampliar las medidas de conservación e intensificar los programas de conservación específicos para garantizar la supervivencia a largo plazo de esta especie de primate.
La Jornada