Por Fátima Parra
El Día de la Virgen de Guadalupe es una de las festividades más importantes para los pueblos originarios de Sonora, como los Yaquis y Mayos, quienes combinan elementos religiosos y culturales en una celebración que refuerza su identidad comunitaria, informó Tonatiuh Castro Silva, director del Museo de Culturas Populares e Indígenas de Sonora.
Las actividades inician la noche del 11 de diciembre, con velaciones en templos y centros de los asentamientos, donde bajo una enrramada se llevan a cabo danzas tradicionales como las de pascola, venado y coyote. En el templo, el maestro y las cantoras realizan rezos, mientras los matachines bailan en honor a la Virgen.
“Durante la noche del 11 al 12 de diciembre se le hace fiesta a la virgen con danzas de pascola, venado y coyote en la enrramada y por otro lado en el templo se hacen los rezos por parte del maestro y las cantoras, además danzan matachines en el templo o iglesia”, explicó Castro Silva.
En Hermosillo, la comunidad Yaqui realiza velaciones en domicilios particulares ubicados cerca del Cerro de la Campana y en el Coloso Bajo. Por su parte, la sociedad mestiza organiza peregrinaciones desde puntos como el Bulevar Libertad Final y el Bulevar Vildósola hasta el Cerro de la Virgen, donde agradecen, rezan o cumplen mandas, continuando las velaciones hasta la madrugada del 12 de diciembre.