Por Fátima Parra
Desde hace dos años, Romina Alejandra, de 6 años, asiste al CRIT Sonora para rehabilitación debido a su padecimiento genético, el cual incluye lesión en el cromosoma 4 y multiplicación del cromosoma 8. Este diagnóstico le ha ocasionado complicaciones en su desarrollo, como paladar hendido y malformaciones en mandíbula y manos. Actualmente recibe terapias físicas, ocupacionales, de lenguaje, apoyo pedagógico y nutricional.
Durante sus primeros años de vida, Romina enfrentó múltiples operaciones y atención médica intensiva. “Al día de nacida le hacen la traqueotomía y la gastrostomía; todo ese año estuvimos entrando y saliendo del hospital. Cada vez que entraba, era bajarla a quirófano. A los ocho meses le hicieron el cateterismo por una hipertensión pulmonar”, relató Alejandra López, madre de la menor.
Alejandra compartió que recibir el diagnóstico de una discapacidad para su hija fue un reto emocional. Sin embargo, destacó la importancia de contar con una red de apoyo familiar y con instituciones como el CRIT Sonora.
Desde que inició sus terapias, Romina ha mostrado avances significativos, particularmente en su habla y movilidad en las piernas. Además, el convivir con otros niños ha impulsado su desarrollo social.
“Aquí aprendió a jugar y a convivir con otros niños. Le encanta el Club Amigos; nomás ve un camión y se emociona porque cree que va al Club Amigos, un grupo de jóvenes voluntarios que organizan actividades recreativas”, comentó su madre.
Alejandra expresó su gratitud hacia los directivos y el personal del CRIT Sonora, destacando el apoyo integral que brindan tanto a los niños como a sus familias.
“A aquellos papás que todavía no han querido o podido entrar al CRIT, decirles que es lo mejor que pueden hacer, tanto para el niño como para uno, porque a nosotros también nos brindan atención psicológica y psiquiátrica. No nos dejan solos”, finalizó.