AL AIRE
En enero el mercado laboral recuperó su ritmo de creación de empleo y generó 123,446 puestos de trabajo, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE). Este es la quinta ocasión desde el 2005 que un inicio de año tiene una cifra positiva en población ocupada.
Aunque en términos generales la generación de empleo en el arranque del 2025 fue buena, hubo un deterioro en la calidad del trabajo, principalmente por el tipo de ocupación creada, y las ganancias no alcanzaron a compensar la baja de poco más de 683,000 puestos laborales perdidos en diciembre pasado.
El crecimiento de la población ocupada estuvo acompañado de la incorporación de 170,647 personas en la desocupación, como resultado de esto, la tasa de desempleo registró un avance de 2.4% a 2.7% con respecto al mes previo.
Por tipo de ocupación, el trabajo por cuenta propia, con una suma 450,660 personas, y el trabajo no remunerado, con 257,708 ocupados más, fueron los que impulsaron la creación de puestos laborales en enero.
En el otro extremo, los empleadores se redujeron en 448,639 y el trabajo asalariado, que en 2024 tuvo uno de los mejores comportamientos de la historia, eliminó 136,233 empleos.
El aumento de la población ocupada estuvo ligado a un aumento del empleo informal, a la cual se sumaron 371,937 personas. Esto implicó que la tasa de informalidad laboral de 53.7% a 54.2%, con ello, tuvo una ligera variación anual de 0.1 punto porcentual alza en la comparación anual.
El empleo formal fue uno de los grandes perdedores. Según lo reportado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, la formalidad destruyó 248,527 puestos de trabajo en enero.
Estos movimientos también incidieron en un crecimiento de la población trabajadora sin acceso a servicios de salud (uno de los criterios de trabajo decente), a esta condición se sumaron poco más de 559,351 personas; en tanto, la población ocupada con acceso a una institución de salud disminuyó en 371,516.
El Economista
