Mientras países con las tasas de alfabetización más altas del mundo, como Dinamarca, Finlandia, Suecia, Noruega e Islandia, participan constantemente en evaluaciones a sus estudiantes para saber si funcionan sus planes y programas de estudio, México ha evitado colaborar en este tipo de ejercicios, tanto nacionales como internacionales.
Incluso, naciones de América Latina que se han mantenido en rezago educativo participan en estas pruebas, destacan especialistas.
Teresa Gutiérrez, directora de Monitoreo de Indicadores de la organización Mexicanos Primero, afirmó que al soslayar estas evaluaciones durante los últimos años, se pierde información clave que puede servir para hacer arreglos a las políticas públicas del sector educativo.
Esta prueba era coordinada por el extinto Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), junto con la Secretaría de Educación Pública, pero desapareció.
“La última vez que se aplicó fue en 2018 y a partir de la reforma de 2019 no se volvió a aplicar. Ésta, a su vez, había sustituido a la prueba censal anterior, que era la prueba ENLACE y que sí se aplicaba a todos los estudiantes, todos los años, en todos los grados y que nos daba información muy puntual sobre cada uno de ellos”, indicó.
También se dejó de participar en ejercicios internacionales, entre ellas la ERCE (Estudio Regional Comparativo y Explicativo), una de las más importantes.