A once años del derrame tóxico que contaminó no solo el agua, sino también la confianza de los habitantes del Río Sonora, la deuda sigue. Las comunidades afectadas por el desastre provocado por Grupo México aún esperan justicia, reparación del daño y garantías de no repetición.
El Río Sonora era más que un afluente: era el lugar de los juegos infantiles, de las cosechas, de los baños al atardecer. Un espacio sagrado para las comunidades que crecieron a su orilla.
El 6 de agosto de 2014, el río se tiñó de naranja. Nadie sabía qué ocurría. Surgieron rumores, miedo, confusión. Horas después se confirmó: un derrame de 40 mil metros cúbicos de sulfato de cobre acidulado, proveniente de Buenavista del Cobre —empresa subsidiaria de Grupo México—, contaminó el arroyo Tinajas y alcanzó los ríos Sonora y Bacanuchi.
Fue el inicio del desastre ambiental más grave en la historia minera de México, que afectó a más de 22 mil personas en siete municipios del estado de Sonora: Arizpe, Banámichi, Huépac, Aconchi, San Felipe de Jesús, Baviácora y Ures
Las voces que alzaron el río

Frente al desastre, emergieron voces valientes. Voces que exigieron justicia, que organizaron asambleas, que no se callaron.
Uno de ellos fue Ramón Miranda Córdova, de Baviácora. Líder de los Comités de Cuenca del Río Sonora, luchó desde el primer día por defender los derechos de su comunidad. Su hija, Alicia Miranda, lo recuerda así:
“Desde un inicio, que fue el derrame, él estuvo en los Comités de Cuenca y siempre participó en los amparos junto con Panchita y con PODER, que es la asociación que nos acompaña, y siempre anduvo ‘al tiro’, como decimos”, expresó.
Ramón falleció el 24 de marzo de 2025. Ese mismo año también murieron Martha Patricia Velarde Ortega, activista de Baviácora, y Norberto Bustamante López, defensor de Huépac. Sus muertes dejaron un vacío profundo.
El tiempo, la empresa y la espera
Las comunidades han aprendido a no olvidar. El daño a la salud, al agua, al suelo y a la confianza persiste, y las acciones oficiales no han logrado restablecer el bienestar perdido. Los pueblos que habitan a lo largo del río siguen exigiendo que se cumplan los compromisos asumidos hace más de una década.
Pedro Armando Lugo, exalcalde de Aconchi, señaló que el fideicomiso creado con 2 mil millones de pesos para la remediación y atención quedó truncado. Agregó que fue testigo de las reuniones, las promesas y los tiempos que nunca se cumplieron.
“Una, principalmente una clínica para atender la salud, se empezó a construir en Ures; nunca se terminó. Nunca se hicieron los pagos correctos a los afectados. Hubo muchas promesas, muchos compromisos en su momento de las personas que integraban el fideicomiso, pero todo quedó inconcluso”, recordó.
Las instalaciones de la Unidad de Vigilancia Epidemiológica y Ambiental en Ures, cuya función sería ofrecer atención médica a los afectados, permanecen en obra negra, reflejando la paralización de los proyectos comprometidos.
En San José de Gracia, María Filomena Bonilla, integrante de los Comités de Cuenca del Río Sonora, enfrenta las secuelas del derrame en su propio cuerpo. Las pruebas médicas revelaron presencia de metales pesados tanto en ella como en su esposo, lo que ha derivado en enfermedades crónicas. Por lo que considera que no se ha actuado de manera correcta para garantizar la salud de los pobladores afectados.
“No es tan difícil, el trabajo ya está hecho. Las investigaciones ya están hechas. Tanto el medio ambiente como uno. Y faltó mucha gente, porque el pequeño muestreo donde nosotros salimos positivos a los metales fue un muestreo y ahí quedó todo. Aparte de que hay muchas muertes, enfermedades, la gente no tiene conocimiento porque no tiene cómo comprobar que tiene metales en la sangre”.
A pesar de que los Comités de Cuenca han ganado 15 juicios de amparo, obtenido siete resoluciones judiciales, dos recomendaciones extrajudiciales y seis sentencias de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Grupo México sigue sin cumplir con las acciones de remediación ordenadas.
La presidenta Claudia Sheinbaum, durante la conferencia matutina del 5 de junio de 2025, reiteró que Grupo México deberá asumir el costo del saneamiento del Río Sonora.
“El objetivo final es que haya un río limpio y que haya seguimiento epidemiológico. Que se cumpla con todas las medidas que debe cumplir la empresa. Que se termine el hospital, que haya vigilancia epidemiológica. Todo lo que han pedido las comunidades lo hacemos nuestro para poder exigírselo a la empresa”, detalló.
🚨 Grupo México debe garantizar la limpieza del Río #Sonora: Presidenta Claudia Sheinbaum 🌊🇲🇽
Desde Las Mañaneras del Pueblo, la mandataria informó que el Gobierno da seguimiento al litigio para que la empresa cumpla con su responsabilidad tras el derrame de 2014 🏥💧 Se busca… pic.twitter.com/3o2wTb8EOi
— Radio Fórmula Sonora (@radioformulason) June 5, 2025
Los nuevos guardianes
A pesar del dolor, hay quienes han decidido quedarse. Organizarse. Defender lo poco que queda.
Son jóvenes, mujeres, maestros, agricultores. Como los colectivos comunitarios que enseñan sobre el impacto del derrame en las escuelas. Como las mujeres que promueven huertos y agua limpia. Como los artistas que pintan murales del río vivo.
Son los nuevos guardianes del Río Sonora. Heredan no solo la tragedia, sino también la esperanza. Como Alicia Miranda, quien invitó a los pobladores del Río Sonora a unirse al movimiento y continuar exigiendo justicia:
“Que luchen por el Río Sonora, que se informen de todo lo que conllevó el derrame, a seguir exigiendo justicia por el Río Sonora”, expresó.