La economía sonorense, anclada en las últimas décadas al dinamismo del comercio exterior con Estados Unidos, se enfrenta a un nuevo escenario de tensión: la amenaza de aranceles unilaterales por parte de dicho país. La reciente propuesta del gobierno de norteamericano de aplicar un arancel del 30 por ciento a partir del 1 de agosto a productos de origen mexicano, representan más que un cambio en la política comercial de ambos países, es una fuerte alerta de riesgo para los sectores económicos de la entidad.
El impacto de una medida proteccionista de esta magnitud no solo quedaría en la diplomacia ni en las cúpulas empresariales, se reflejaría directamente en las líneas de producción de las empresas exportadoras de Hermosillo, en los flujos de los patios logísticos de Nogales, en una disminución de los jornales de la mina de Cananea y en el bolsillo de cada familia sonorense que depende de la actividad comercial con el vecino del norte.
¿Quién pagaría realmente esta factura?
El efecto de esta estrategia arancelaria estaría influyendo en los diversos sectores de la actividad productiva de la entidad. Desde la actividad agropecuaria hasta la manufactura exportadora, pasando por los empleos ligados a la industria maquiladora y al transporte de mercancías, el impacto de estas medidas podría sentirse directamente en el ingreso de miles de familias. En este contexto de incertidumbre, es necesario analizar no solo los efectos inmediatos, sino también la capacidad de respuesta regional ante una política proteccionista que podría desafiar la integración económica construida durante décadas.
La actividad productiva de Sonora ocupa un lugar estratégico en la relación comercial con Estados Unidos. En 2024, según datos de INEGI, el estado exportó 21,259 millones de dólares, principalmente en sectores como el automotriz, la agroindustria, la minería y la manufactura de equipos electrónicos, dicho monto representa el 60 por ciento del Producto Interno Bruto Estatal (PIBE).
¿Qué efectos podría tener sobre la economía sonorense?
1) Impacto directo en sectores productivos estrategicos. Por su alta participación dentro del PIBE estatal, destaca la Industria automotriz y autopartes de exportación, la entidad alberga la planta Ford en Hermosillo y numerosos proveedores de autopartes. La imposición de aranceles encarecería los autos exportados a Estados Unidos, reduciendo su competitividad. Esto podría generar una disminución de la producción manufacturera y una caída del empleo formal. Otro sector relevante es la actividad minería y metalurgia, principalmente en la producción de cobre, empresas como Grupo México (mina de Cananea) y exportadores de metal fundido podrían verse afectados por mayores costos para ingresar al mercado estadounidense. Esto podría derivar en una reducción de exportaciones, caída de ingresos y empleo minero.
2) Disminución de competitividad exportadora. El 80 por ciento de las exportaciones de Sonora tienen como destino final el mercado norteamericano. Una política arancelaria por parte del vecino país, distorsionarían las cadenas de producción, comercialización y distribución, lo cual provocaría una caída en los volúmenes de exportación de las empresas de la entidad, así como y mayores costos.
3) Efectos sociales y laborales. En Sonora, se tiene una alta proporción de empleos en la industria manufacturera de exportación. Los aranceles podrían provocar una desaceleración del empleo formal generando un aumento del desempleo y una posible migración interna hacia otros estados.
4) Caída en inversión extranjera directa (IED). La imposición de aranceles reduciría la ventaja competitiva de Sonora. Esto podría afectar decisiones de inversión extranjera por la incertidumbre asociada a las políticas proteccionistas, ante este escenario las empresas privadas podrían suspender o posponer proyectos de nearshoring.
5) Inflación y pérdida de poder adquisitivo. Productos e insumos importados desde Estados Unidos podrían encarecerse si hay una política espejo por parte del gobierno mexicano. Esto afectaría costos de alimentos, fertilizantes, maquinaria agrícola y productos electrónicos, reduciendo el poder adquisitivo.
De acuerdo con estimaciones preliminares, una política arancelaria del vecino país podría provocar una caída del PIB estatal entre -1.5 por ciento y -3.0 por ciento anual en 2025. Las exportaciones manufactureras de la entidad tendrían una disminución del -20.0 por ciento. La magnitud del impacto dependerá de la duración de los aranceles y de la respuesta de los gobiernos
Conclusiones
La política arancelaria propuesta por Estados Unidos a los productos mexicanos obedece tanto a un objetivo de presión política como de proteccionismo económico. Sin embargo, la evidencia académica sugiere que los costos superan los beneficios: precios más altos para consumidores, daños a la integración productiva regional y menor crecimiento económico. Una estrategia alternativa sería utilizar diseñar e implementar negociaciones diplomáticas, cooperación en seguridad y apoyos estructurales dentro del marco del T-MEC, en lugar de recurrir a medidas arancelarias amplias que distorsionan la dinámica comercial y económica de ambos países.